ENFERMEDADES NEUROLÓGICAS

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¿a QUÉ SE REFIEREN?

Las enfermedades neurológicas representan un grupo de enfermedades que afectan a la población general con importantes repercusiones socioeconómicas. La pirámide poblacional del país se ha modificado en los últimos años por lo que las enfermedades degenerativas y vasculares del Sistema Nervioso Central han incrementado su morbimortalidad. La epilepsia, es la primera causa de atención en consulta externa, se ha estimado una prevalencia anual de 5 a 9 por 1,000 habitantes. La enfermedad de Parkinson, la más representativa de los movimientos anormales, afecta 20 % de la población mayor de 65 años.

La depresión y la demencia son dos condiciones neuropsiquiátricas complejas y heterogéneas, rubro que ocupa el quinto lugar de morbilidad, después de los accidentes, padecimientos cardiovasculares, cirrosis hepática y diabetes mellitus. El trauma encefálico, es la primera causa de mortalidad en las últimas décadas. De los tumores cerebrales los que mayor impacto tienen son los glioblastomas.

Algunas de ellas son:

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Epilepsia

Se refiere a una condición médica crónica, caracterizada por crisis convulsivas no provocadas y recurrentes. Es uno de los padecimientos neurológicos más comunes tanto en adultos como en niños. Es importante diferenciar la epilepsia de crisis convulsivas únicas, las cuales pueden suceder en cualquier individuo por razones diversas. Aproximadamente 70% de las personas que han sufrido una crisis son epilépticos. Dos o más crisis convulsivas no provocadas deben considerar el diagnóstico de epilepsia. El riesgo estimado de desarrollar epilepsia en vida es de 3.2%. El 10 % de la población cercana a los 80 años de edad, sufre al menos una crisis convulsiva. De hecho los individuos mayores de 60 años tienen mayor riesgo de desarrollar epilepsia, en muchos de los casos, secundaria a  enfermedad vascular cerebral; sin embargo, en un porcentaje mayor a 30% no se llega al diagnóstico etiológico de la enfermedad. La proporción de presentación de epilepsia es mayor en los extremos de la vida, en el primer año de vida y alrededor de los 70 años de edad. Una de cada 20 personas pueden sufrir una crisis convulsiva durante su vida, con mayor riesgo antes de los 5 años, asociada a crisis febril y después de los 60 años. Uno de los problemas sociales que enfrentan los pacientes con epilepsia es la estigmatización o señalamiento del concepto, lo que implica señalar de manera negativa a la persona que lo padece, este concepto se convierte en una barrera que impide conservar un empleo o funcionar en el ámbito escolar.

La Clasificación Internacional de las Epilepsias ha variado con el tiempo e incluye las formas clínicas y electroencefalográficas. De manera breve se pueden observar los siguientes tipos:

  1. Generalizada (la descarga eléctrica inicial se origina en las estructuras centroencefálicas), ausencia, atónicas, tónicas, tonicoclónicas, mioclónicas, espasmos infantiles. Las crisis generalizadas pueden ser idiopáticas o sintomáticas de un proceso adquirido.
  2. Parciales (la descarga eléctrica inicial es focal o parcial, cortical o subcortical y puede o no generalizarse): simple, (crisis sin alteraciones de la conciencia, acompañadas de síntomas motores o sensitivos) o complejas (con alteración de la conciencia, acompañadas de fenómenos conductuales, cognitivos o afectivos).
  3. Formas mixtas. Es importante clasificar el tipo de epilepsia, porque de ello dependerá el tratamiento específico. La cirugía está indicada en casos de epilepsia refractaria al uso adecuado de antiepilépticos y tiene criterios específicos.
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Enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson (EP) es la más representativa de las enfermedades caracterizadas por movimientos anormales o disquinesias. Afecta al 2 por ciento de la población general y por lo menos a 20% de las personas mayores de 65 años de edad en países desarrollados. Hasta en el 30 por ciento de estos pacientes hay datos de demencia. Por otro lado, aproximadamente el 30 por ciento de los pacientes con demencia tipo Alzheimer presentan síntomas extrapiramidales como rigidez, lo que dificulta el diagnóstico diferencial.6 La EP es una degeneración de células dopaminérgicas, de causa desconocida, posiblemente multifactorial, ligada al envejecimiento y a factores genéticos y ambientales. Constituye una entidad de frecuencia estimable en la población de edad avanzada, aunque las cifras de prevalencia varían considerablemente. Los factores de riesgo señalados son el ámbito de vida rural, el consumo de agua de pozo, el contacto con herbicidas o pesticidas y algunos tóxicos industriales tales como magnesio, hierro, aluminio, cobre, pinturas y solventes.

El temblor esencial ha sido catalogado como uno de los movimientos anormales más frecuentes, posiblemente se encuentre subdiagnosticado, ya que los pacientes acuden a consulta médica cuando el temblor es muy evidente. Se ha asociado con la edad, clásicamente se ha asociado a ansiedad y nerviosismo y entonces se le ha llamado benigno. Sin embargo, puede causar discapacidad funcional en actividades de la vida diaria como escribir, comer o beber. Usualmente es postural y de acción y aparece en extremidades superiores, cabeza, cuerdas vocales, y eventualmente tronco y extremidades inferiores.

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Depresión y Demencia

El nivel diagnóstico de ambas se queda en la pura descripción sindromática. No se elevan a la categoría de entidades nosológicas porque los conocimientos sobre su etiología, su sustrato anatómico y sus mecanismos fisiopatológicos todavía son insuficientes. Las dos se identifican por un conglomerado característico de signos y síntomas que se constituyen en síndrome y como en todo síndrome, se asume que sus causas son múltiples. Por lo tanto, el diagnóstico sigue siendo eminentemente clínico. La única manera de corroborarlo es mediante el interrogatorio, tanto directo como indirecto, la exploración física y la evaluación del estado mental. Esto a pesar de los avances que la biología molecular y la imagenología han alcanzado en este campo. El comportamiento epidemiológico y las deficiencias en su atención son otros asuntos que unifican a ambas enfermedades. Presentan tasas elevadas de prevalencia, su evolución es crónica, son responsables de graves incapacidades sociales y con frecuencia no se diagnostican y no reciben un tratamiento adecuado.

La diferencia entre depresión y manía es fenomenológica. La primera se expresa por tristeza, desesperanza y falta de energía; la segunda por euforia, exceso de vitalidad y energía. La evolución de los episodios es otro criterio de clasificación. Si un enfermo sufre de episodios de manía y depresión es un trastorno bipolar, si sólo sufre de depresión, entonces es una depresión recurrente. Un cuadro depresivo prolongado se llama depresión persistente. Si se pierde el contacto con la realidad, es una depresión con síntomas psicóticos. El síndrome demencial se caracteriza por deterioro de la memoria, de las capacidades intelectuales y de la conducta social, y por descontrol de las emociones y motivaciones. Todo eso bajo un estado de conciencia claro y alerta y con una duración de más de seis meses.

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Traumas y Tumores

La médula espinal es un sector delicado y altamente organizado formado por vías axonales mezcladas con neuronas y confinada en un canal óseo, recibe un aporte sanguíneo adecuado, pero no muy abundante de las arterias espinales, que tienen diversas modalidades en su formación. Está sujeta a lesiones por aplastamiento, compresión o isquemia si la columna vertebral se distorsiona o se altera su posición. El trauma de la médula produce varios tipos de disfunción neurológica, algunos reversibles y otros no. Diferentes estudios han demostrado que al trauma inicial sigue una cascada de eventos secundarios que si no se controlan pueden causar un daño neural secundario, con una mielopatía definitiva subsecuente.

Con el curso de los años se han obtenido mejores resultados en la reducción de la mortalidad, sobre todo derivados de los mejores métodos para controlar la presión arterial, mejorar la ventilación y manejar la presión intracraneal, así como para evitar las infecciones y complicaciones sistémicas. La evaluación de los resultados resulta complicada por las variaciones entre los distintos centros, las diferencias de cuidado entre las unidades de cuidado intensivo y las unidades clínicas generales, y la gran cantidad de especialistas que intervienen en este manejo: neurólogos, neurocirujanos, anestesiólogos, neumólogos, intensivistas e internistas, donde puede imponerse una opinión.

Es claro que hablar del impacto de tumores es aún más complejo que el anterior tema, por la gran variedad que existe y que se ve incrementada por la localización, el tamaño y el tiempo de evolución, así como las repercusiones que los procesos tumorales pueden tener sobre las estructuras vecinas. Consideraremos en primer lugar los tumores más comunes y que por su malignidad tienen mayor impacto en la vida de los pacientes, los glioblastomas. La población femenina tiene una menor incidencia de estos tumores y se ha reportado que los estrógenos tienen efecto protector a la aparición de glioblastomas en animales experimentales. También se ha encontrado mayor frecuencia de glioblastomas en el grupo postmenopausia que en el premenopausia.

Tratamiento en Clínica La Merced

Brindamos los mejores servicios para cada paciente, contando con equipo y tecnología de primera.

  • Intervención microquirúrgicas: Tratamiento quirúrgico por parte de especialista de neurocirugía. EJ: Craneotomía descompresiva, Ventriculostomía, colocación de captor de Presión intracraneal; etc.
  • Intervencionismo neurovascular: Intervención por parte de especialistas en intervencionismo neurovascular en clínica de convenio para embolización o colocación de stent intracraneal, entre otros.
  • Tratamiento de Cráneo agudo (Enfermedades cerebro vasculares) – Tratamiento farmacológico (Ej: Sedo analgesia para reposo neurológico; fármacos vasoactivos para mantener presiones arteriales medias suficientes para perfusión cerebral adecuada).
  • Tratamiento para pacientes con enfermedades neurodegenerativas o recientes como convulsiones:
    • Administración de fármacos anticonvulsivantes
    • Realización de exámenes de imagenología como neuroresonancia magnética, electroencefalograma, entre otros en clínicas de convenio.
  • Interconsulta con especialistas en el área de neurocirugía, neurología, psicología.

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